Pódcast

“¿Qué es lo que me llevó a intentar cruzar el mar? Hay que estar loco”.

Un viaje al límite de la humanidad: el espacio sin ley de las aguas internacionales entre Europa y África

Haz click en la imagen arriba para escuchar el podcast | 29:32

Aunque parezca raro, en este planeta superpoblado, hay lugares donde hasta la noción de humanidad es casi inexistente, donde el factor humano es tan escaso y el entorno tan duro que es como encontrarse en el desierto. En el vacío. Este pódcast especial de Cruz Roja Media Luna Roja es un viaje a uno de esos lugares: un vasto y vacío paisaje marino en el corazón del Mediterráneo.

Viajaremos con la fotógrafa y videógrafa Alexia Webster a bordo del Ocean Viking, un barco fletado por el grupo humanitario SOS Méditerranée, en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional), cuya singular misión es socorrer a las personas que se encuentran perdidas o naufragan en aguas internacionales entre Europa y África.

Esta historia, realizada como una entrevista con el redactor de Cruz Roja Media Luna Roja, Malcolm Lucard, cuenta las vivencias de las personas que en su búsqueda de seguridad y de una vida mejor en Europa, acaban perdiendo la vida como les sucede a miles de personas todos los años. Una de esas personas es Hayelom, un joven de Etiopía que acaba perdido en el mar porque no tenía otra opción.

«Traté de pensar en lo que me llevó a intentar cruzar el mar. Hay que estar loco para hacer esto», dice Hayelom, que huyó a Sudán cuando estallaron los combates cerca de su ciudad natal. Cuenta que, una vez en Sudán, lo secuestraron y lo llevaron a Libia, donde fue detenido y encarcelado. Explica que, temiendo por su vida, se escapó y se subió a un bote de goma con otras 140 personas. «De cualquier manera morirás», recuerda que pensó en ese momento. «Así que nos dijimos: ‘al menos moriremos haciendo algo que elegimos, morir intentándolo, en lugar de esperar por nada'».

Esta es también la historia de personas que se sienten obligadas a llevar algo de humanidad a esas aguas porque sencillamente no se imaginan dejar morir a esa gente en esa inmensidad inhóspita y vacía. «¿Te imaginas ir a la deriva día y noche sin ver tierra ni nada?», se pregunta Luisa, coordinadora de rescate de SOS Méditerannée a bordo del Ocean Viking. «Tal vez divises un barco grande que pasa y tal vez le hagas señas intentando que te vean, pero nadie te ayuda».

En el mar es otro mundo», añade Dragos, experiodista que ahora forma parte del equipo de búsqueda y rescate de SOS Méditerranée. «No se ve gente allí, así que es como un espacio sin ley. Puede pasar cualquier cosa. No hay policía como en una ciudad o incluso en el campo. No te encuentras con nadie».

“¿Te imaginas ir a la deriva día y noche
sin ver nada de tierra ni nada?
Tal vez divises un barco grande que pasa
y tal vez le hagas señas intentando que te vean pero
nadie te ayuda”.

Luisa, Coordinadora de rescate
SOS Méditerranée, a bordo del Ocean Viking

La tripulación del Ocean Viking se refiere a veces al barco como «la ambulancia flotante», en la que médicos como Marie Munoz-Bertrand, de la Federación Internacional, brindan servicios médicos esenciales a personas que han soportado dificultades, privaciones y conmociones tremendas tanto físicas como psíquicas.

«Incluso en las mejores condiciones, habrá cambios de idioma, temperatura y alimentación», asegura. «En el peor de los casos, se dan condiciones de vida muy duras y a veces pérdidas, traumas y lesiones bastante graves».

Utilizando secuencias de audio de sus entrevistas, Alexia nos presenta a solicitantes de asilo como Hayelom y a miembros de la tripulación del Ocean Viking, como Abdel, facilitador postrescate de la Federación Internacional, que, en los últimos años, ha pasado gran parte de su tiempo, en el mar tratando de evitar que se pierdan aún más vidas.

“Las únicas palabras que quieren escuchar es ‘Están a salvo’”, dice Abdel, refiriéndose a las personas socorridas por el OceanViking. ‘Están a salvo’ significa que no serán devueltas a Libia. Para ellas, es un momento importante así que elijo muy bien mis palabras y me dirijo a ellas con respeto y dignidad, y me creen”.

Parte del trabajo de Abdel consiste también en preparar a los migrantes rescatados para lo que les espera al comenzar su nueva vida en suelo europeo, donde se enfrentan a una nueva serie de dificultades. Hayelom sabe que la vida en Europa no será fácil, pero está agradecido de estar a salvo y de tener todavía la oportunidad de concretar su aspiración fundamental.

«Antes siempre soñaba con tener una vida tranquila», asegura Hayelom. «Luego lo único que soñaba era seguir vivo. Ahora, de nuevo, solo quiero cumplir una cosa: tener una vida tranquila. No es mucho lo que pido».

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