Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
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Los migrantes y los refugiados saben lo que significa estar aislados de la sociedad y lejos de sus seres queridos y de su cultura. En un momento definido por la separación, escuchemos lo que tienen que decir sobre cómo se las arreglan para soportar la falta de contacto en tiempos de pandemia.
Para millones de personas en todo el mundo, 2020 ha sido un año de distanciamiento de la familia y los amigos a raíz de la pandemia de covid-19.
Pero para personas como Hussein, que huyeron del conflicto de Siria en 2015 y se unieron a la gran ola de migrantes que llegó a Europa desde Oriente Medio, la separación de la familia y los amigos no es nada nuevo.
Las estrategias que ha ideado Hussein para sobrellevar el aislamiento y la soledad le están siendo ahora muy útiles en tiempos de pandemia.
«Tienes que conectarte con tu mundo interno», asegura Hussein, que vive ahora en Ámsterdam y ha pedido el asilo. «Tienes que encontrar dentro de ti las cosas que te den estabilidad».
Esta fuerza interior es lo que ha permitido a Hussein enfrentar este cambio en su vida debido al conflicto y lo que, en su opinión, le ha ayudado a adaptarse a las nuevas normas de distanciamiento social impuestas por el covid-19.
«Quizás a mí me resulte más fácil afrontarlo porque ya me ha tocado vivirlo antes», señala, refiriéndose a sus muchos años de experiencia de estar lejos de los suyos y mantenerse en contacto con su familia –sus padres, sus cuatro hermanos y sus tres hermanas–, ahora dispersos entre Siria, Kuwait y Europa.
«Ya he pasado por esto debido a mi experiencia personal . Hoy la gente lo está viviendo debido al coronavirus, lo que les obliga a cambiar ciertos hábitos».
«Tienes que conectarte con tu mundo interno. Tienes que encontrar dentro de ti las cosas que te den estabilidad» Hussein Youssef, Refugiado sirio en Amsterdam
Hussein ha logrado gran parte de su fuerza y estabilidad a través del deporte y el ejercicio. Aunque el confinamiento ha obligado a muchos gimnasios y clubes deportivos a cerrar, los parques de Ámsterdam siguen brindando un espacio muy necesario para la actividad física.
«El deporte es algo que forma parte de mí y yo formo parte del deporte», observa. «Es una excelente forma de vida. Te permite en todo momento ser tú mismo porque puedes controlar tu cuerpo y usarlo de la manera que quieras».
Hussein ha encontrado también cierta sensación de estabilidad y pertenencia gracias a su trabajo como «anfitrión del vecindario», nombre no oficial que se da a las personas empleadas por el distrito local para ayudar a resolver problemas menores de la comunidad y mantener las calles limpias, y ayuda igualmente a la gente a encontrar soluciones prácticas.
«Es una excelente oportunidad para mí de hacer algo que está en sintonía con lo que pienso», dice Hussein. «Porque me gustan las cosas bien hechas y, por lo tanto, es una satisfacción que las cosas estén bien hechas para los demás».
Nada reemplaza el estar cerca de la familia, dice. La tecnología moderna ha facilitado mucho las cosas: las videoconferencias entre él y su familia son ahora frecuentes. Pero Hussein todavía siente la distancia.
«Estaba acostumbrado a ver a mi padre con una barba negra y ahora es blanca. Así es como te das cuenta de que el tiempo pasa. A veces no tengo ganas de hablar mucho. Solo quiero estar cerca de ellos. Solo quiero volver a sentir que estoy nuevamente en casa… pasar un rato con la gente, escuchar que se ríe y alguien mira televisión –ese tipo de sentimiento que nunca logras tener a través de Skype».
Sentir eso es algo que a mucha gente en todo el mundo le viene haciendo falta desde que comenzó la pandemia de covid-19. El consejo de Hussein es que se encuentren fuentes internas de estabilidad, a través de las cosas que tienen sentido para nosotros y que pueden ayudarnos a todos a pasar este mal momento.
Los cursos de costura de la Media Luna Roja de Kirguistán proporcionan a mujeres como Bazargul una base de ingresos en tiempos difíciles, agravados por el impacto socioeconómico que ha producido la pandemia de covid-19.