Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
Luego de casi un año de la llegada del Huracán Celia a Chiquimula, Guatemala, vecinos de las comunidades afectadas reconocen la ayuda recibida por voluntarios de Cruz Roja Guatemalteca, quienes asistieron a la población pocas horas después de las inundaciones.
La noche del 18 de junio del 2022 se siente aún fresca en la memoria de las familias residentes en Chiquimula, Guatemala. Tras las alertas por el arribo del huracán Celia, muchas personas en las comunidades en riesgo estaban a la espera de fuertes lluvias. Pero esa madrugada, la creciente del Río San José arrasó con todo lo que encontró a su paso, causando graves daños a la infraestructura y dejando a muchas familias sin hogar.
«Nos dimos cuenta de que el río se estaba llevando los puentes completamente. Personas podían estar perdiendo la vida», recuerda una de las vecinas de la comunidad.
A pesar de las primeras horas de angustia y de los daños causados, un grupo de voluntarios de Cruz Roja Guatemalteca se trasladó inmediatamente a los lugares afectados para ayudar.
“Se aproxima un invierno más, el cual siempre estaremos monitoreando. Somos una institución al servicio de las personas. No podemos parar las comunidades más afectadas nos necesitan”.
Karen Villela, voluntaria de Cruz Roja Guatemalteca
Karen Villela, voluntaria de Cruz Roja Guatemalteca en Chiquimula, fue una de los primeros voluntarios en llegar a las áreas afectadas. «Fuimos al llamado” recuerda Karen. “Me transporté en moto desde donde yo vivo hasta el municipio afectado».
En su recorrido, se encontró con caminos bloqueados que dificultaban su paso hacia las aldeas que necesitaban asistencia. El acceso de vehículos era casi nulo. La entrada más cercana estaba bloqueada por la creciente del río, que había derribado una parte del puente. «Entonces, nos dirigimos por la carretera principal que es un poco más larga», explica Karen. Finalmente, lograron llegar al lugar donde había personas que necesitaban apoyo para ser evacuadas.
«La ayuda de Cruz Roja nos cayó del cielo porque muchas personas estaban todavía en sus casas, completamente inundadas y Cruz Roja nos apoyó para prestarles este auxilio», menciona Karly Iscamey, una de las vecinas de San José la Arada en Chiquimula, Guatemala.
Pero la labor de la Cruz Roja no se limitó a la evacuación de las personas afectadas. Voluntarios también ayudaron a limpiar las casas de muchas familias luego de que la inundación bajara. «Estuvieron dando todo tipo de apoyo», confirma Karly.
Efraín Ortega, presidente de la filial de Chiquimula para Cruz Roja Guatemalteca indica que aún luego de seis meses (diciembre 2022), la magnitud de la catástrofe provocada por el Huracán Celia aún era evidente. El cauce del río se expandió dejando rocas inmensas que bloqueaban las vías principales. Pero quizás el impacto más preocupante fue la pérdida de gran parte de la tierra fértil, de las que dependen las familias para sus cultivos y medios de subsistencia.
Para Cruz Roja Guatemalteca, la asistencia no viene únicamente durante la crisis. “Se aproxima un invierno más, el cual siempre estaremos monitoreando», explica Karen Villela, ya que anticiparse a los desastres minimiza el impacto para comunidades en vulnerabilidad. “Somos una institución al servicio de las personas. No podemos parar las comunidades más afectadas nos necesitan”.
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Esta historia fue producida por Karen Villela,
una talentosa storyteller de Cruz Roja Guatemalteca.
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