Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
El empoderamiento de las mujeres, los programas de dinero en efectivo y la capacitación en técnicas de resiliencia ayudan a las familias de la región costera de Bangladesh a prepararse ante las repetidas tormentas e inundaciones y les permiten reconstruir su vida tras las catástrofes.
Purnima Mistri vive con su marido y su único hijo en Paikgacha, una pequeña y remota comunidad en el corazón de la extensa región del delta costero del sur de Bangladesh. Rodeada de pintorescas vías fluviales y granjas de camarones, la casa de Purnima está ubicada en una de las regiones más vulnerables y propensas a los riesgos climáticos de Bangladesh. El cambio climático no ha hecho más que acentuar la gravedad de las devastadoras tormentas e inundaciones que ocurren en la región. A comunidades como Paikgacha y las cercanas Dacopne y Koira, les cuesta mucho adaptarse a las crisis recurrentes y recuperarse de sus efectos.
Para ayudar a las comunidades vulnerables a hacer frente y adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas, la Media Luna Roja de Bangladesh puso en marcha en Paikgacha un proyecto llamado «Plan de mitigación de crisis costeras». Su objetivo principal es dar a conocer a estas comunidades la gestión de desastres y proporcionar a las familias técnicas y fuentes de subsistencia nuevas para poder superar las crisis combinadas. Los habitantes aprenden en varias sesiones las técnicas más eficaces para criar aves de corral y cultivar huertos, entre muchas otras actividades.
En 2021, gracias a una ayuda de 4.500 takas (unos 50 dólares), Purnima decidió invertir en nuevas formas de generar ingresos para su familia. Tras completar la formación, Purnima empezó a obtener los beneficios de lo invertido y del duro trabajo que le costó. Ahora tiene gallinas y patos que le dan huevos para alimentar a su familia y vender el resto en el mercado local. Purnima también hizo un pequeño huerto cerca de su casa que produce hierbas aromáticas y otras verduras. Ahora le va bien y mantiene a su familia.
«Mi vida es muy diferente ahora. Podemos ganarnos la vida y mantener a la familia», dice. «También participo en la toma de decisiones con respecto a mi familia y mi marido. Antes no teníamos nada, ahora vamos construyendo nuestra vida poco a poco».
En el sur de Bangladesh, muchas familias de comunidades remotas soportan los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos agravados por la crisis climática. En la comunidad de Paikgacha, en Khulna, muchas familias viven de la cría de camarones. Sin embargo, a causa de la inestabilidad de los patrones climáticos, la cría de camarones se vuelve cada vez más difícil, lo que ha llevado a la mayoría de la población a vivir por debajo del umbral de pobreza. Otra crisis inminente es la disminución del abastecimiento de agua dulce debido al aumento de la salinidad en las fuentes de agua locales, lo que dificulta enormemente la cría de animales y la horticultura. Familias como la de Purnima intentan enfrentar esta dura realidad y gracias a diversas iniciativas de la Media Luna Roja de Bangladesh, pueden mirar el futuro con más tranquilidad.
Vestida con un precioso sari rojo y dorado, vemos a Purnima Mistri, que vive en Paikgacha con su marido y su único hijo. Como habitantes de una comunidad de criadores de camarones, ella y su familia han encontrado diferentes formas de generar ingresos, especialmente cuando la agricultura se ve afectada por frecuentes tormentas y ciclones. Pese a las dificultades, Purnima mantiene una actitud positiva, sonriendo y ayudando no solo a su familia a salir adelante, sino también a otros miembros de la comunidad que viven cerca.
Gracias al “Plan de mitigación de crisis costeras”, apoyado por la Media Luna Roja de Bangladesh, Purnima Mistri ha logrado diversificar las formas de ganarse la vida. Hoy, ella y su familia crían y venden patos (además de una abundante producción de huevos) en el mercado local, lo que le permite a la familia disponer de dinero contante y sonante.
Normalmente cada pato da a Purnima Mistri entre cuatro y cinco huevos al día, y con el dinero ella realiza nuevas inversiones. Además, gran parte de la alimentación de su familia proviene de la cría de las aves que tiene.
Purnima Mistri cocina para su familia todos los días. Gracias a la ayuda en efectivo que recibió de la Media Luna Roja de Bangladesh, sus ingresos le permiten proporcionar a su familia comidas sanas y nutritivas. Purnima se siente segura de sí misma y ya no tiene la preocupación diaria de saber lo que van a comer. Su familia lo es todo para ella y le encanta cocinar los platos favoritos de su hijo y su marido.
Otra fuente de ingresos para Purnima y Somiran Mistri es la fabricación de redes de pesca. Aceptan pedidos externos y entregan trampas de pesca ya listas al mercado local. También ellos utilizan las redes para pescar en el río que tienen cerca y venden el producto en el mercado local. Con los ingresos semanales de Purnima provenientes de la cría de aves pueden comprar los materiales que necesitan para fabricar las redes.
Purnima continúa con sus tareas domésticas diarias con una facilidad que antes no tenía: se siente más productiva y entusiasta. Desde que empezó la cría de aves, los ingresos de la familia se han duplicado y la familia ha pasado a ser un ejemplo en la comunidad.
Purnima ayuda a su hijo, Simanto Mistri, con sus deberes. Para ambos, es un momento cotidiano muy valioso porque el tiempo que pasan juntos es de calidad. «Me preocupa la educación y el futuro de mi hijo Simanto», asegura. «No hay oportunidades educativas para los niños. Vivimos siempre con el temor de las inundaciones y las catástrofes. La vida es dura para los habitantes de la zona costera».
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Esta historia fue producida y redactada por Mustakim Billah Muhit
– un narrador talentoso, dinámico y creativo de la Media Luna Roja de Bangladesh.
El empoderamiento de las mujeres, los programas de dinero en efectivo y la capacitación en técnicas de resiliencia ayudan a las familias de la región costera de Bangladesh a prepararse ante las repetidas tormentas e inundaciones y les permiten reconstruir su vida tras las catástrofes.