Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
Con tan solo 12 años, Sihem cumple todos los días una tarea muy importante de la que depende toda su familia.
Todos los días, sale de su casa con unos bidones de plástico y hace una larga cola para llenarlos con agua y volver con ellos a cuestas. En las fotos, Sihem nos lleva en su caminata diaria recorriendo las calles de la antigua Saná, el corazón de la capital yemení, donde muchos niños como ella deben hacer esfuerzos supremos solo para conseguir lo elemental que les permita sobrevivir.
Seham sale a primera hora de la mañana con su amiga Fátima. Su misión: llegar temprano al tanque de agua principal del vecindario para ser una de las primeras personas en la larga cola que se forma delante del punto de agua. Seham trata de llegar lo antes posible para recolectar agua suficiente para que su familia tenga para beber, lavar la ropa y cocinar y así poder llegar a la escuela a tiempo.
Sin embargo, a menudo se le hace tarde y tiene que ir sola o incluso a veces ni siquiera puede asistir a clases. Su recorrido diario le resulta más fácil desde que se instaló una nueva fuente de agua en su vecindario, con la ayuda de la Media Luna Roja de Yemen. Aun así, el proceso exige esfuerzo, paciencia y sacrificio.
“Muy a menudo, hago la cola del agua en lugar de estar sentada en el banco de la escuela”
Seham
“La guerra y el miedo ocupan nuestra mente de niños, así como las tareas que se nos asignan: por ejemplo tener que estar de pie durante muchas horas en las colas de distribución de agua”, explica Seham. “Esa es, lamentablemente, nuestra forma de vida, y nada más».
Seham ha vivido más de la mitad de su vida a la sombra de la guerra. Esta adolescente es uno de los 15 millones de niños yemeníes que soportan lo que muchas organizaciones humanitarias califican de desastre humanitario más grande del mundo. El proyecto “puntos de agua”, gestionado con la asistencia de la Media Luna Roja, tiene por objetivo aligerar parte de la carga de las familias yemeníes en barrios con un acceso al agua potable limitado.
¡Un sentimiento de triunfo! Es el momento en que Seham llega al primer lugar de la larga fila para obtener agua. “Es un momento que vale la pena compartir todos los días, incluso lo hago en Facebook. En ese momento me siento feliz”, asegura Seham.
En Yemen, más de 20 millones de personas necesitan con urgencia agua limpia y acceso a los suministros de higiene y saneamiento. En el marco de su respuesta de emergencia, la Media Luna Roja de Yemen ha instalado puntos de agua en siete gobernaciones (Municipalidad de Saná, Gobernación de Saná, Dhamar, Amran, Hajja, Al Mahwit, Ibb), lo que ha permitido ayudar a casi 33.000 familias por año.
Cuando Seham termina la escuela, emprende la segunda caminata del día, cargando cuantos bidones de agua puede acarrear en la carretilla. Esta vez va de barrio en barrio tratando de juntar suficiente agua para el lavado de ropa de la familia.
“El día del lavado es como jugar a la búsqueda del tesoro mientras trato de encontrar agua en un vecindario u otro. Pienso que todos los bidones llenos de agua en la carretilla son el tesoro que he ganado al final del día”.
Después de que llega a su casa con el agua, Seham se preocupa de que se utilice bien.
“Recuerdo cuando el covid estaba dando vueltas y todos hablaban de que era necesario lavarse las manos a menudo. Nos costó mucho desperdiciar tanta agua para tener las manos limpias. Tratábamos de ahorrar agua para los demás quehaceres esenciales del hogar”.
La Media Luna Roja de Yemen y sus asociados también se han encargado de implementar programas de socorro y preparación para emergencias en todo el país, entre ellos el suministro de agua limpia, la distribución de paquetes de higiene personal (con jabón, toallas, baldes y jarras para agua) y llevar a cabo intervenciones positivas relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene con el fin de prestar asistencia a las personas vulnerables.
A medida que las tormentas e inundaciones se vuelven más extremas, un nuevo proyecto en Perú utiliza los pronósticos meteorológicos para estimular el financiamiento de actividades humanitarias antes de que ocurra un desastre.