Transformar vidas entre rejas
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
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Redacción:
Malcolm Lucard
Producción:
REON Studio
La pandemia de COVID-19 nos afecta a todos. Es universal de una manera que difiere de casi cualquier desastre natural o crisis de salud reciente. No es de extrañar que veamos un sentido de solidaridad, humanidad y unidad sin precedentes, ya que la gente común que nunca antes ha desempeñado tareas humanitarias y de voluntariado se siente inclinada a prestar ayuda, tanto a vecinos como a desconocidos.
Uno de esos nuevos voluntarios es Ángela, madre de dos hijos, originaria de Florencia (Italia), que pudo realizar su deseo de ayudar a sus compatriotas florentinos gracias a un nuevo curso acelerado para voluntarios, ofrecido por la Cruz Roja Italiana. «El deseo de ser voluntaria me acompañaba desde hace tiempo«, dice Ángela, que ahora ve sus entregas diarias de alimentos y medicamentos para personas mayores como un regalo también para ella. «Me doy cuenta de que realmente le da un sentido a mi día y es emocionante«.
Ludovica también se integró al grupo de voluntarios temporales de la Cruz Roja Italiana. Siempre quiso trabajar como voluntaria, pero por diferentes razones nunca era el momento. Cuando estalló el brote de coronavirus en Italia, decidió que era la ocasión perfecta para hacerlo. “Cuando empecé, mi abuela me preguntó por qué lo estaba haciendo, por qué me arriesgaba de esa manera. Me puse en el lugar de las personas que no tenían a nadie cerca de ellas; es lo que me decidió a hacer esta labor voluntaria”.
Antes de que en Italia comenzaran a aflojar las medidas de confinamiento, voluntarios como Marco repartían medicamentos y otros productos esenciales a personas consideradas de alto riesgo, como las personas de edad. Marco cuenta que la gente los esperaba como si fuera el acontecimiento más importante del día. «Cuando nos ven llegar como voluntarios de la Cruz Roja, se ponen muy contentos y nos demuestran su agradecimiento; esto es muy gratificante». A Marco, el voluntariado lo ha hecho cambiar y lo ha convencido de que si los seres humanos somos capaces de soñar con un mundo diferente, somos capaces de hacerlo realidad.
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.