Más empleados del Movimiento han perdido trágicamente la vida en ataques violentos deliberados. En septiembre, una fisioterapeuta del centro de rehabilitación del CICR en Mazar-i-Sharif (Afganistán) resultó herida de muerte aparentemente por un paciente mientras se dedicaba a su labor diaria de enseñar a la gente a caminar de nuevo u otras tareas de rehabilitación. Lorena Enebral Pérez, de nacionalidad española, tenía 38 años. Esta tragedia sin sentido se produjo tres días después de que un conductor de camión del CICR, Lukudu Kennedy Laki Emmanuel, fuera herido de muerte en Sudán del Sur. Emmanuel era una persona amable, cariñosa y generosa. Se encontraba distribuyento víveres básicos cuando el convoy del que formaba parte su camión fue atacado. En junio, un voluntario de la Cruz Roja Centroafricana, Joachim Ali, fue muerto por un grupo armado no identificado mientras cumplía su labor en el complejo de la Cruz Roja de la ciudad de Bangassu. “Este joven valiente era un hombre comprometido y dedicado a su trabajo”, declaró Antoine Mbao- Bogo, presidente de la Cruz Roja Centroafricana.