Después de las fuertes nevadas ocurridas en zonas de Afganistán y Pakistán el pasado mes de febrero, al menos 120 personas murieron a causa de los aludes que destruyeron o dañaron decenas de hogares. En la provincia afgana nororiental de Nuristán, en la frontera con Pakistán, 45 personas murieron sepultadas por una avalancha. “En el pueblo de Afsye (distrito de Bargematal), 70 casas fueron destruidas por los aludes”, señala Muhammad Mahab Khan, jefe de operaciones de la Media Luna Roja Afgana. Las tormentas de viento y el terreno helado estorbaron las tareas de rescate y la construcción de alojamientos provisionales. Unas semanas antes, los equipos de búsqueda y rescate de la Cruz Roja Italiana habían lidiado con los elementos para poner a salvo a 14 personas después de que una avalancha sepultara un hotel en la provincia italiana de Pescara cobrándose la vida de seis personas.
En centros penitenciarios de la ciudad de México, personas voluntarias de Cruz Roja no sólo salvan vidas, sino que dejan un efecto dominó de compasión hacia los demás.
En Argentina, los puntos móviles de servicios humanitarios no sólo aportan servicios críticos como primeros auxilios, agua, alimentos y ropa de abrigo. Aportan una sensación de seguridad y confianza, que son fundamentales para ayudar a las personas que se desplazan.